Esquema centrado en los motivos que pueden derivar en responsabilidad civil de los abogados

El Estatuto General de la Abogacía Española establece la responsabilidad civil de los abogados en caso de incumplir con sus principios rectores. El artículo 47, que trata sobre la independencia y libertad del profesional de la abogacía, detalla los supuestos para que, en caso de incumplimiento, se pueda ser responsable civilmente de una actuación. Estos supuestos incluyen la máxima diligencia en la misión de asesoramiento, la recíproca confianza con el cliente y la realización de actividades profesionales bajo su responsabilidad.

Ahora bien, no debe olvidarse que, tal y como ya dijimos, la del profesional de la abogacía es una obligación de medios, no de resultados. Esto es, el deber de defensa no comporta la obligación de obtener un resultado favorable de las pretensiones del cliente. En consecuencia, para establecer la responsabilidad civil del abogado, habrá de determinarse:

1.- La existencia del error o negligencia.

2.- El nexo causal con el perjuicio económico ocasionado.

3.- La pérdida de oportunidad (posibilidades de éxito de la pretensión del cliente de no haber mediado el error o negligencia): el perjuicio.